AEROPAGO

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sábado, 5 de mayo de 2012

Candidatos y más Candidatos... El Atractivo del Liderazgo

Se nos viene pronto octubre y crece la inquietud por las elecciones. Comienza a perfilarse los dos grupos necesarios para una elección: los que quieren liderar y los que eligen quienes les lideren.
En la sociedad en que vivimos, la mayoría de la gente quiere ser guiada. La mayor parte de las personas prefiere que otros tomen las decisiones difíciles. Mucha gente escoge el camino fácil de simplemente aceptar lo que otros en posición de autoridad les dicen.
Para usar lenguaje bíblico, los seres humanos son como ovejas con “instinto de rebaño” que siguen a cualquier líder que los entretenga. Mientras les guste lo que dice o hace el líder, se someterán a su voluntad y serán presa de sus deseos.
La otra cara de este comportamiento extraño en nuestra sociedad es el hecho de que algunos de nosotros encontramos muy atractivo el papel de líderes. Es el camino al poder, al prestigio y a la prominencia personal. Esto es cierto no sólo en la política, también en los negocios, en la educación, en los deportes y también en la religión. En cada esfera de actividad humana, el que tiene ansias de liderar puede hallar una oportunidad para engrandecerse. Y allí es donde radica el peligro.
Pocas personas se dan cuenta de la rapidez con que un individuo ambicioso puede llegar al poder. Cuando un líder agresivo llega al poder con rapidez de meteoro, las personas se sienten desconcertadas. A menudo se ciegan totalmente por la ostentación y finalmente el líder las engaña con su autocomplacencia. Esto es así a menos que la persona tenga un claro discernimiento.
El resultado es que en muchos casos el líder, en vez de servir a los ciudadanos con humildad, está sirviendo a sus propios intereses. En contraste con esto Cristo afirmó con claridad: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos”. Señores candidatos: ¿Qué los impulsa a servir a Uds.?
La difícil y penetrante pregunta que tenemos que formular a todo el que pretende liderar esta región es: ¿Por qué pretende usted esta función?, ¿Es para beneficiar y ayudar a sus semejantes?, ¿Es para agradar a Dios en todo? ¿O es solamente para progresar usted y sus intereses? Se necesita mucha integridad para responder a estas preguntas con honestidad. Si la respuesta es clara y directa podremos saber rápidamente si estamos frente a una persona llamada por Dios para el servicio o si es simplemente un impostor.
Las personas de cualquier grupo político, derecha, izquierda, centro o independientes, tienen el derecho de saber las motivaciones que han llevado a sus candidatos a pretender posiciones de prominencia. No deberían sentir temor de formular esta directa y penetrante pregunta: ¿Ha sido usted llamado para el servicio público ó lo ha aceptado por razones personales y satisfacción propia?
Un error muy frecuente de los simpatizantes de un partido político es que ponen a sus candidatos en un pedestal. Hasta los tratan con cierta adulación. Muy por el contrario, aterrícelo siempre recordándole que será un servidor de los más débiles y necesitados. Que ayudará a los más pobres a mejorar su condición y animará a los más ricos a compartir. En vez de adularlo, convénzalo que usted será su más estricto observador y crítico frente a sus errores o abusos.
Antiguamente, si la palabra del profeta no se cumplía, lo mataban por engañador. En nuestra sociedad hoy día, cualquier impostor puede atraer una multitud y ser aplaudido por su popularidad, sin importar lo mentiroso y corrupto que pueda ser su mensaje.
Por último, aclarar que todo aquel que trabaja para el servicio público, administra los fondos públicos y recibe un sueldo de dinero público; debe ser transparente e insigne para con su público. Debe ser claro en el asunto de rendir cuentas.
Si los estatutos exigen cuenta pública anual, usted las da semestral. Y si se las exigen semestral, usted las da mensual. Total, el que nada oculta nada teme y gracias a Dios casi todos los de Arica entienden lo que es un débito, crédito y saldo.
Adelante y buena suerte a todos los candidatos, para concejales o para Alcalde, los conocidos y los por conocer, y que ganen los mejores.