AEROPAGO

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domingo, 3 de febrero de 2013

CUIDADO CON LAS DOCTRINAS AUTORITARIAS


Los dictadores religiosos llaman rebeldes a los que salen de debajo de su sistema de control. Esto es sólo un método de manipulación para presionar a la gente y no debe tomarse en cuenta, pues en la Escritura, Dios llama rebeldes exclusivamente a aquellos que desobedecen los preceptos éticos divinos.
Si una persona que decide dejar una organización religiosa no es culpable de alguna fechoría o incumplimiento de sus compromisos, entonces, ¿en dónde está la rebeldía? El término “rebelde” por lo regular se les aplica a las personas cuando se niegan a ser cómplices de manipulaciones doctrinales y actos ilícitos de líderes autoritarios.
Es sorprendente que aquellos ministros y sectas que están fuera de autoridad espiritual, tengan el cinismo de llamar rebeldes a aquellos que ciñéndose a las Escrituras los cuestionan, piden reformas a prácticas autoritarias, se niegan a participar en ilícitos y los denuncian. Dicho de otro modo, hay sistemas religiosos que están en rebeldía, y que llaman rebeldes a aquellos que actúan en consonancia con la autoridad de las enseñanzas de Jesús. ¡Increíble!
Irónicamente, el Nuevo Testamento mismo es el que califica de rebelde a aquellos ministros y grupos religiosos que aparte de sus innumerables fraudes, inmoralidades y desobediencia al Evangelio de Cristo, condenan a los inocentes llamándoles “rebeldes”.
Amado pueblo de Dios, nunca debemos temer las acusaciones de “rebeldía” que provienen de ministros que viven en forma inmoral o deshonesta o que se han apartado de las enseñanzas de Cristo. No tienen ninguna autoridad divina.
Y que diré del mito de que no hay que cuestionar a los ungidos.
Una de las enseñanzas favoritas para infundir miedo y mantener las conciencias de la gente cautivas y sin utilizar su razón, está basada en este texto del Antiguo Testamento: “... no toquéis, dijo, a mis ungidos...” Salmo 105:15)
Con este pasaje los líderes autoritarios pretenden, en primer lugar, establecerse ellos mismos como tales ungidos.
En segundo lugar enseñan que nadie en su congregación puede cuestionar en base a las Escrituras al ministro, ni señalar que alguna práctica de doctrina o malversación de fondos está mal, ¡mucho menos decir que está en pecado, aunque sea comprobable y esté afectando a las personas!, pues eso es “tocar al ungido” y según dicen ellos, “te acarreará el castigo de Dios sobre tu vida”.
De esta manera pueden enseñar lo que ellos quieran, y así también pueden conducirse como mejor les parezca sin tener que responder ante nadie por nada de lo que hacen.
Esta doctrina de “sujeción a la autoridad” no sólo es falsa, también es contraria a las enseñanzas de Jesús, pues el Nuevo Testamento enseña que si nuestro prójimo “cae en pecado o enseña error, tenemos la obligación de exhortarlo:
“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndeleestando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano”. Mateo 18:15
El Nuevo Testamento enseña que si nuestro prójimo está en pecado, tenemos el deber y compromiso de confrontar su falta. El negarse a hacer eso es pecado. Es una falta de amor.
El mito de que no hay que cuestionar a los auto nombrados ungidos es falso, pues se contradice con estos claros mandamientos del Nuevo Testamento.
Sobre la interpretación correcta del texto: “No toquéis, dijo, a mis ungidos”.
Del Salmo 105:15?
En primer lugar se refiere, en el contexto, a Abraham y su descendencia en su etapa inicial como “los ungidos”, no a un líder particular.

En ese caso una aplicación moderna del pasaje sería que no se debe tocar a ningún miembro del pueblo de Dios.

¿Pero qué significa “tocar”? Bueno, el pasaje fue dado para que las poderosas naciones vecinas del pueblo hebreo, en aquel entonces un pequeño grupo nómada, no lo saquearan, mataran o robaran mientras iban en sus peregrinaciones. “Tocar” significaba en el contexto, no dañar físicamente a Abraham y su familia. Esto es todo lo que dice el pasaje y si nos damos cuenta, esto no tiene nada que ver con que esté prohibido confrontar, reprender, denunciar, cuestionar o apartarse de un líder religioso que delinque o tuerce las enseñanzas de Cristo.
Si como los líderes autoritarios nos dicen, “tocar” a un ungido es cuestionar a un ministro y eso está prohibido, entonces ¿por qué Pablo cuestionó y reprendió a Pedro y luego registró el hecho en una carta como ejemplo a los cristianos de Galacia? (Gálatas 2:11-16)
Aprendamos esto: La Biblia nos permite tanto cuestionar a los ministros, como también confrontarlos cuando vemos que hay un serio error doctrinal o de praxis ética en sus vidas. Esto lo establece claramente la Palabra de Dios:
- “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe”. Tito1:13
- “Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina” 2ª. Timoteo 4:2-3
- “Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñasen diferente doctrina” 1ª. Timoteo 1:3
De hecho, no sólo tenemos el derecho de cuestionarlos. También tenemos el derecho de abandonarlos y salir de su esfera de influencia si se rehúsan a corregir su conducta inmoral o enseñanzas torcidas. Leamos lo que enseña al respecto Cristo:
- “Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo”. Mateo 15:14
- “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y reprendele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado un hermano. Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, ténlo por gentil y publicano”. Mateo 18:15-17
Con todo lo anterior vemos que los grupos autoritarios manipulan las Escrituras para evitar rendir cuentas de sus acciones a los fieles.