AEROPAGO

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sábado, 25 de diciembre de 2010

Y USTED…¿Qué opina? EL árbol de Navidad



Historia del Árbol de Navidad

El árbol de Navidad tiene sus orígenes en la antigua creencia germana de que un árbol gigantesco sostenía el mundo y que en sus ramas estaban sostenidas las estrellas, la luna y el sol. Esto que explica la costumbre de poner a los árboles luces.

El árbol era también símbolo de la vida, por no perder en invierno su verde follaje cuando casi toda la naturaleza parece muerta. En algunas casas en los países nórdicos durante el invierto se cortaban algunas ramas y se le decoraba con pan, fruta y adornos brillantes para alegrar la vida de los habitantes de la casa mientras transcurría el invierno.

El árbol en sí tiene varios significados religiosos ya que ha sido utilizado como símbolo de la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre.

En Mesoamérica el árbol guarda un significado místico, inclusive tenían el ahuehuete como árbol sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas algunos grupos como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios.

Se cuenta que un misionero inglés en Alemania, en el siglo VII, comprendiendo que era imposible arrancar de raíz esta tradición pagana, la adoptó dándole un sentido cristiano, haciendo que el árbol adornado fuera también un símbolo del nacimiento de Cristo. Algunos otros hablan que Martín Lutero fue quien introdujo esta costumbre al adornar con manzanas un árbol para tratar de explicar los dones que los hombres recibieron con el nacimiento de Jesucristo.

Los primeros documentos que nos hablan de la costumbre de colocar en Navidad árboles de abeto o de pino en las casas son del s. XVII y menciona a la región de Alsacia, tierra que se encuentra como Alemania y Francia. En los países nórdicos, en el s XVI, se empiezan a reunir las familias en torno a un árbol de Navidad. El día 24 los niños eran llevados a pasear o de día de campo, mientras los adultos colocaban y decoraban con dulces y juguetes el árbol; a su regreso los niños eran sorprendidos con el árbol y así daba inicio la celebración de la fiesta de Navidad. Esta costumbre cobra fuerza y se extiende como moda cuando la Reina Victoria de Inglaterra para celebrar la Navidad hace colocar un árbol en el palacio decorándolo con velitas que hacen relucir una serie de bellos y finos adornos.

Significado del Árbol de Navidad

Para los hombres los árboles tienen un significado muy especial. En todas las culturas encontramos que el árbol tiene cierto significado antropológico, místico y poético. Se le tiene cierta reverencia por los beneficios que aporta al hombre. Para algunas culturas el árbol tiene un significado místico ya que representa el medio la unión del cielo y la tierra: ahonda sus raíces en la tierra y se levanta hasta el cielo; por eso en muchas religiones, sobre todo en las orientales, el árbol es un signo de encuentro con lo sagrado, del encuentro del hombre con la divinidad y de la divinidad con el hombre. Es muy común el que los árboles estén relacionados con la fecundidad, el crecimiento, la sabiduría y la longevidad. En Mesoamérica el ahuehuete es considerado sagrado. Las tribus nórdicas europeas y americanas como los druidas, tenían árboles sagrados alrededor de los cuales se reunían para ritualmente entrar en comunión con Dios. Dios se ha valido de la forma en que los hombres ven a los árboles para dar a conocer su plan de salvación particularmente cuando se trata del misterio de la encarnación del hijo de Dios para salvar al hombre. En primer lugar se asocia al árbol de Navidad con el árbol de la vida, que lucía en medio en medio del Jardín del Edén y después de la caída desaparece; la fruta y las decoraciones nos recuerdan las gracias y dones que el hombre tenía cuando vivía en el Paraíso en completa amistad Dios. Por el nacimiento de Cristo, los hombres renacen y tienen acceso a la plenitud de la vida. El árbol de Navidad representa el haber recobrado dichos dones gracias al sacrificio de Jesucristo. Los adornos del árbol y las luces que se encienden representan el nuevo estado paradisiaco que el amor de Cristo nos prepara.

En la Biblia, el árbol aparece como un símbolo de la Vida, árbol que Dios coloca en medio del Paraíso como fuente de la inmortalidad (Gen 2, 9,3,22). Pero el árbol puede también simbolizar la falsa sabiduría, la soberbia y la muerte cuando el hombre se aparta de Dios (Gen 2, 16-ss) seducido por la apariencia engañosa de este árbol y comiendo su fruto (gen 3, 2-6). Pero Cristo vino no únicamente a los hombres, vino como cabeza de una nueva creación, renovando todo lo que estaba caído.

La presencia de Cristo responde al anhelo de la creación para ser liberada de la esclavitud y de la destrucción; mientras tanto se queja y sufre, tal como una mujer en sus dolores de parto tal como nos lo describe San Pablo en la epístola a los Romanos. Por eso el árbol de Navidad representa esa naturaleza restaurada y engalanada para recibir a su redentor; el árbol perennemente verde quiere saludar en nombre de la naturaleza renovada a su Señor "Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo" (salmo 5).

El árbol de Navidad también representa ese árbol que nace y que con el tiempo madurará en un gran árbol del cual saldrá la cruz que tal como nos recuerda la liturgia del Viernes Santo: "Cruz amable y redentora, árbol noble y espléndido. Ningún árbol fue tan rico ni en frutos ni en flor".

Podemos decir que de alguna manera el árbol de Navidad nos recuerda la redención. Las luces representan la luz de Cristo en nuestra vida. y la estrella que en algunas ocasiones se coloca en la punta representa a la estrella de Belén que anuncia la redención a la humanidad.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Diezmar o no, esa es la cuestión


Al hablar sobre el diezmo, no estoy hablando simplemente sobre el "Dar". El dar en sí mismo es algo maravilloso - especialmente cuando sucede de corazón. No estoy contra esto en absoluto. Pero me refiero aquí particularmente al diezmo "obligatorio" que se predica con tanta frecuencia en las iglesias actuales. La palabra "diezmo" significa literalmente "la décima parte". Y hoy se utiliza como una ley en muchas iglesias, para obligar a los cristianos a dar la décima parte de sus ingresos a la iglesia respectiva. A muchos se les dice que están "robando a Dios" si no dan por lo menos este monto a la institución a la que asisten cada domingo.
¿Pero es el diezmo una práctica del Nuevo Testamento? ¿Es realmente algo para cristianos, o es parte del Antiguo Pacto? ¿Realmente hay una ley vigente que declara que todos los cristianos tienen que dar diez por ciento? ¿O se supone que seamos "dadores alegres" - simplemente dando lo que Dios puso en nuestros corazones?
Ud. estará sorprendido al enterarse de cuán pocas veces se menciona la palabra "diezmo" en el nuevo Testamento. De hecho, no existe ninguna referencia Bíblica que diga a un CRISTIANO dar el diezmo. Existe una referencia del Nuevo Testamento que dice a los FARISEOS que diezmen. Pero en todas las cartas de los apóstoles a la iglesia, ellos nunca dicen que esto es para los cristianos. Y en el libro entero de Hechos (una historia de los primeros 30 años de la iglesia), no se menciona el diezmo NI UNA SOLA VEZ. Tenemos una multitud de ejemplos de personas que dieron dinero "de corazón", pero NO SE MENCIONA el diezmo. ¿No es esto interesante?
Sin embargo, la gente cita a menudo las palabras de Jesús a los fariseos, como si esto diría a los CRISTIANOS que sigan diezmando. Pero no dice esto. Jesús dijo: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello." (Mat.23:23)
Note que Jesús se refiere a estas cosas como "asuntos de la ley". Esto es lo que son. Son asuntos de la Ley del Antiguo Testamento - no son parte del Nuevo Pacto para cristianos. Y note a quiénes habló Jesús. El habló a JUDÍOS SUJETOS A LA LEY que estaban todavía bajo el ANTIGUO PACTO. (El Nuevo Pacto no empezó hasta que Jesús muriera y resucitara.) Entonces lo que Jesús dijo fue correcto - PARA ELLOS. Pero no para nosotros - y no para hoy.
Sin embargo, los proponentes del diezmo se agarran de la frase: "Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello" - ¡porque esta es la ÜNICA Escritura que ellos tienen en todo el Nuevo Testamento que aun difusamente propone diezmar! ¡Y sin embargo, está dirigida a los fariseos! Y declara claramente que el diezmo es un asunto "de la ley".
El Nuevo Testamente enseña claramente: "No estáis bajo la ley, sino bajo la gracia" (Rom.6:14). "Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley." (Gál.5:18)
El único otro pasaje del Nuevo Testamento que menciona el diezmo, subraya este mismo punto. Al inicio de Hebreos 7 hay un pasaje que se refiere al diezmo en el Antiguo Testamento. Dice claramente que el diezmo es parte de la Ley Antigua (v.5). Después sigue diciendo: "Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios." (Hebr.7:18-19).
El punto que se hace aquí es que el Antiguo Pacto fue un pacto de "mandamientos" (como el de ESTAR OBLIGADO a diezmar), pero el Nuevo Pacto es un pacto del CORAZÓN. Y nosotros debemos dar desde un corazón rebosando del amor de Dios - ¡no porque fuéramos "obligados" a dar una décima parte! La Ley Antigua pasó. Nosotros vivimos hoy bajo un Nuevo Pacto.
En este punto, los defensores del diezmo normalmente empiezan a usar otro argumento - que "el diezmo existía antes de la Ley". Ellos usan el ejemplo de Abraham y Melquisedec (Gén.14:18-20). Por tanto, dicen ellos, sigue vigente hoy.
Tengo una pregunta sencilla aquí: ¿No es cierto que la CIRCUNCISIÓN también existía antes de la Ley? (Vea Gén.17). Y todos sabemos que la circuncisión es considerada como una parte de la Ley Antigua que pasó. Lo mismo se aplica al diezmo.
Como el ex-pastor Bruce Lengeman declara en su artículo "El robo del diezmo": "El título suena duro, pero yo creo que es acertado en vista del daño que se hace por la enseñanza errónea de esta doctrina del diezmo. ...Dicho abiertamente, la doctrina del diezmo como se enseña en la iglesia evángelica contemporánea, es una exégesis torcida."
¿Cómo debemos entonces dar?
Hoy, cuando se trata del dar, a menudo se nos predica de Malaquías 3 en el Antiguo Testamento, que dice a los judíos "traer el diezmo completo al alfolí", y les dice que estaban "robando a Dios" y que estaban "malditos" cuando no lo hicieron (Mal.3:8-10).
A muchos predicadores les gusta igualar el "alfolí" con su propia iglesia (!!), para que puedan aplicar estas Escrituras a ellos mismos. Pero la realidad es muy diferente. Como explica Bruce Lengeman: "El 'alfolí' de Malaquías no tiene ninguna similitud con la estructura de la iglesia de hoy. El alfolí no fue ningún lugar de reuniones, ni un lugar de adoración. Fue simplemente un almacén para los productos diezmados, que desde allí fueron repartidos a los levitas que no tenían herencia, y también a las viudas, los extranjeros y los huérfanos."
Y cuando vamos al libro de Hechos, encontramos que realmente LA MAYOR PARTE DEL DINERO que ingresó, fue dado para alimentar y vestir a los pobres y las viudas. De hecho, fue una práctica común para los cristianos, vender todo lo que les sobraba y poner el dinero a los pies de los apóstoles, para distribuirlo a los pobres. (Vea Hechos 4:32-37). ¡Qué amor demostraron ellos! Y este fue un verdadero dar "del corazón", no por alguna "ley" que les imponía un monto a dar.
Los cristianos no han de pagar el diezmo. En ningún momento se les ordenó a los cristianos del primer siglo que pagasen diezmos. Bajo la Ley, el propósito principal había sido apoyar el templo de Israel y su sacerdocio. Por consiguiente, la obligación de pagar el diezmo cesaría cuando el pacto de la ley mosaica finalizase, al llegar a su fin con la muerte de Cristo en el madero de tormento. (Ef 2:15; Col 2:13, 14.) Es cierto que los sacerdotes levíticos continuaron sirviendo en el templo de Jerusalén hasta que fue destruido en el año 70 E.C., pero desde 33 E.C. los cristianos llegaron a ser parte de un sacerdocio espiritual nuevo, un sacerdocio que no necesitaba diezmos. (Ro 6:14; Heb 7:12; 1Pe 2:9.)

A los cristianos se les animaba a apoyar el ministerio, tanto mediante su propia actividad ministerial como mediante sus contribuciones materiales. En vez de dar cantidades fijas para sufragar los gastos de la congregación, habían de contribuir ‘según lo que tenía la persona’, dando ‘como lo había resuelto en su corazón, no de mala gana ni como obligado, porque Dios ama al dador alegre’. (2Co 8:12; 9:7.) Se les animó a seguir el principio: “Que los ancianos que presiden excelentemente sean tenidos por dignos de doble honra, especialmente los que trabajan duro en hablar y enseñar. Porque la escritura dice: ‘No debes poner bozal al toro cuando trilla el grano’; también: ‘El trabajador es digno de su salario’”. (1Ti 5:17, 18.) Sin embargo, el apóstol Pablo dejó un buen ejemplo al no convertirse en una carga económica indebida para la congregación. (Hch 18:3; 1Te 2:9.)

Claro la obligatoriedad del diezmo,nos llevaria a la obligatoriedad de un salario para los "nuevos levitas" (los ministros),y esto nos llevaria a descartar el sacerdocio de todos los creyentes...por eso decia hermano, que Pablo no queria llegar tan lejos Y UNA INTERPRETACION "ESPIRITUAL" NUNCA DEBE CONTRADECIR LA LOGICA DEL SENTIDO COMUN.....UN MINISTRO NO COME DIEZMOS Y SI ELLOS NO LOS COMEN ¿PARA QUE DARLOS? ....AHORA ELLOS TIENEN NECESIDADES COMO LAS VIUDAS,LOS HUERFANOS,ETC
ASI QUE OFRENDEMOS VOLUNTARIAMENTE PARA CUBRIR ESTAS NECESIDADES.

Creo que depende de la pureza del corazón. El corazón de Cristo se dio por entero y nos enseña a hacer nosotros lo mismo.
Algunos en la Iglesia recomiendan el diezmo, como una forma de establecer una contribución proporcional a las ganancias. Pero debe entenderse según el espíritu evangélico de una entrega de corazón por amor. Personas con recursos podrían dar mucho mas, mientras que para un pobre, dar el 10% podría significar negarle a sus hijos el alimento.
Hay también mucho apoyo en el Nuevo Testamento para el dar a aquellos que ministran el Evangelio. (1 Cor.9:13-14, 1 Tim.5:17, etc.) Pero hay un énfasis más fuerte en el dar a las viudas y los huérfanos.
Lo que yo creo que Dios quiere de nosotros, es que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo en nuestro dar. Necesitamos ser libres para dar donde Dios nos guía - con un corazón verdaderamente alegre.

domingo, 17 de octubre de 2010

FALSOS CRISTOS FALSOS CRISTOS


Hace unas semanas uno de los canales de televisión de mi país, se publicó un documental acerca de ciertos hombres, líderes de iglesias evangélicas, que hacen miles de dólares enseñando el ‘evangelio de la prosperidad’ y otra “revelaciones pantomínicas”
Cuando vi parte de ese programa sentí mucha tristeza. Ese sentimiento no venía a mi corazón por la mala enseñanza, sino porque fue un medio secular quien puso de manifiesto estas mentiras.
Cómo es posible que los cristianos no puedan ver los engaños? Cómo es posible que seamos tan ignorantes como para no poder distinguir a estos lobos rapaces? Verdaderamente la iglesia evangélica está desnutrida, falta del alimento sólido, de la oración, el ayuno y la vigilia. Y mucha de la responsabilidad yace sobre cada creyente.
Cuanta falta hace que exista de nuevo el “espíritu de Berea”, donde los creyentes escudriñaban las escrituras para cersionarse si lo que Pablo y Silas enseñaban, correspondía a lo que decían las escrituras.(Hechos 17:11) Hoy, estamos tan cómodos en nuestras butacas, que aceptamos todo lo que se diga desde el púlpito.
Hemos dejado que muchos hombres y mujeres nos engañen. Hemos permitido que hombres se proclamen profetas, apóstoles, pastores, sin manifestar las cualidades bíblicas para tales oficios. El verdadero profeta, apóstol y pastor es aquel que proclama la palabra de Dios. Muchos de estos hombres proclaman un falso evangelio, para su propio provecho y prosperidad económica. Son “anatemas.”
Cristo dijo en Mateo 24 que, “se levantarán falsos Cristos” en el futuro. La palabra christos en griego quiere decir ungido de Dios. Es la traducción griega de la palabra mesías (hebreo).¿ Qué es lo que dicen estos falsos ministros que son? Acaso no dicen que son los ungidos de Dios? Por supuesto! Estos hombres están diciendo que ellos son cristos, es decir, que son los ungidos de Dios. A estos fue a los que Cristo, el Señor se refirió, pero les agregó el calificativo de “falsos”. Es tiempo de escudriñar las escrituras, de orar más, de ayunar y vigilar, pues nuestro Señor no alertó que éstos, disfrazándose de ángel de luz, engañarán hasta los escogidos.

domingo, 10 de octubre de 2010

EL DILEMA DE LOS CRISTIANOS SIGLO 21: ¿“experiencia emocional” ó fidelidad a la obediencia?

En medio de tantos problemas que nuestro enemigo está introduciendo a la Iglesia del Señor: “síndromes de éxito”, egolatrías, amor a las riquezas, fe fuera de lugar, etc.; en la actualidad le toca el turno al “SENSACIONALISMO”. No hay palabras para describir la devoción de las mayorías a lo espectacular, lo emocionante y a todo aquello que estimule los sentidos. Las multitudes, como abejas que van hacia el panal, se apiñan para participar en un programa que apele a sus sentidos y estimule sus emociones.
Lo sorprendente es que no sólo viajan extensamente, ocupando grandes presupuestos, para llegar al lugar donde se desarrolla la actividad que les interesa, sino que también de buena gana pagan precios exorbitantes para participar como espectadores. Miles de cristianos y cientos de ministros forman una sociedad espectadora en la que las masas consideran que la experiencia emocional es imprescindiblemente necesaria. Son personas que subidas al “altar del entretenimiento” y la experiencia emocional, egoístamente aceptan cualquier cosa que produzca un estímulo al espectador.
Es muy común ver a algunos líderes presentar programas deslumbrantes con personas glamorosos que igualan cualquier presentación en Hollywood. No es raro escuchar música rock y sonidos estridentes en nuestros santuarios. El asistente promedio a estos espectáculos son cristianos que se cambian de “Iglesia en iglesia” y van de “evento en evento” buscando encender el apagado avivamiento de sus propias vidas. Ellos esperan que la persona traída al púlpito sea muy refinada, que actúe profesionalmente y que entretenga con humor e ingenio. Es una experiencia totalmente emocional, que no conduce a nada bueno, porque apela a los sentidos solamente.
Lo que se busca en este tipo de experiencias es agradar a las multitudes. Hay que satisfacer sus exigencias de una experiencia emocionante, ya sea esta pública o privada. El resultado final es que a millones de sinceras “almas hambrientas” se les ha alimentado con un plato hondo y grande de sensacionalismo que apenas contiene unas migajas de verdad. Sólo Cristo puede satisfacer a esos espíritus necesitados.
Lo trágico es que esas personas creen que han sido tocadas por el Espíritu de Dios cuando en realidad todo ha sido un espectáculo y una farsa. La prueba de que esto es cierto, la vemos en la conducta y el carácter de estas personas. Miles de almas engañadas viven como los “yoyos”. Lo que quiero decir es que hoy están arriba en un “éxtasis emocional” y mañana están abajo en la profundidad del aburrimiento y la desesperación. Si no pasa nada emocionante, se sienten abatidos y abandonados por Dios.
La suma total de su experiencia espiritual es una serie de señales, maravillas y manifestaciones falsas de una u otra clase, y en gran parte, sus líderes son los responsables de esta parodia.
Para terminar, quiero enfatizar que la dimensión más grave de su engaño espiritual, radica en el hecho de que a menudo son guiados a creer una mentira. Muchas veces las “revelaciones y profecías emocionantes”, algunos “encuentros” destinados a despertar las emociones, y “espíritus espurios”; llevan a los crédulos a realizar hechos totalmente viles. Sin embargo, insisten en que han obrado bajo la guía del “espíritu”. Uno se pregunta: ¿Qué espíritu y de dónde viene?
Este comportamiento y creencia es más común en la iglesia actual de lo que mucha gente cree. Es un concepto totalmente falso; es un engaño. La “experiencia emocional” NO ES SUSTITUTO del conocimiento del Señor Jesucristo y a ÉL sólo lo podemos conocer si OBEDECEMOS SU PALABRA. Esa es la suprema prueba de la verdad.
Cristo mismo habló sobre este asunto en una de sus declaraciones más importantes:
“No todo el que me dice Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad (Mateo 7:21-23)

domingo, 3 de octubre de 2010

El evangelio de la "prosperidad" (2da. parte)


…El evangelio de la “prosperidad” no sólo presenta una imagen distorsionada de Dios, sino que pervierte la doctrina bíblica de la persona y la obra de Jesucristo. Dios tiene el derecho de entablarle juicio a todos aquellos que predican el evangelio falso, porque el mensaje del evangelio le costó a Él su propio hijo. Jesús derramó su sangre para satisfacer la santa ley de Dios para que los pecadores perdidos pudiéramos alcanzar el perdón y reconciliarnos con Dios. Jesús no murió para darnos salud, riquezas y felicidad, murió para SANTIFICARNOS. El transformar el Calvario en una tarjeta de crédito santificada que nos da el privilegio de lanzarnos en una carrera hedonista es abaratar la obra que más le costó a Dios.
No obstante, los predicadores de la “prosperidad” no consideran que la conformidad con Cristo es la meta de la vida cristiana. Es muy probable que se sientan avergonzados cuando se enfrentan al hecho de que, de acuerdo con su mensaje, Jesús no fue un hombre de “prosperidad”. No era rico y pasó su vida identificándose con los pobres y marginados. Era “un varón de dolores y experimentado en quebrantos” (Isaías 53:3), no una celebridad que disfrutara una vida de extravagancias. Quizás me equivoque, pero creo que si Jesús estuviera en la tierra hoy día, condenaría los estilos de vida ostentosos y llamativos de estos predicadores de la “prosperidad” y sus discípulos. Cristo repudia el evangelio de la “prosperidad” con su vida, ministerio, enseñanzas y sobre todo con su muerte.
Los predicadores de la “prosperidad” nos presentan una imagen distorsionada de Dios, el Salvador, la fe Cristiana y también de la Iglesia. De acuerdo con ellos, la Iglesia de Jesucristo es una reunión de personas felices que disfrutan la vida. De acuerdo con mi Biblia, la Iglesia es la reunión de personas quebrantadas que buscan la santidad ante Dios y ser ayuda para un mundo necesitado. Sí, debe haber alegría y gozo cuando se congrega a adorar, pero también se deben compartir las cargas, limpiar las heridas y sanar los corazones quebrantados. No obstante, de acuerdo con el evangelio de la “prosperidad”, ¡LOS CRISTIANOS NO DEBEN PADECER EN ABSOLUTO!
La Iglesia es una familia que se congrega unánime para darse aliento, obtener alimento espiritual y disciplina. Es un ejército que se une para prepararse para la batalla y escuchar las órdenes de avance de Dios. Es un rebaño que busca la protección de Dios en un mundo peligroso, una esposa que expresa devoción por el esposo celestial, un grupo de siervos que busca la voluntad de su Maestro. Nos congregamos no para escapar de la vida, sino para equiparnos mejor y alentarnos para enfrentar sus cargas y batallas. En efecto, tenemos momentos de felicidad; pero esta no es nuestra meta suprema. Nuestros objetivos son la santidad y el servicio; la felicidad es apenas una “añadidura”.
Cuando la Iglesia predica el mensaje incorrecto, causa división y el ministerio pierde su integridad. No podemos divorciar nuestro mensaje de la naturaleza de Dios, lo que Él hizo en el calvario, lo que está haciendo hoy día en el mundo y lo que hará en el futuro. Sin embargo, eso es justamente lo que han logrado los voceadores de la “prosperidad”. Una vez que alguien se fabrica su propio evangelio, no pasará mucho tiempo antes que comience a practicarlo y entonces comienza a perder su integridad
La verdad triunfará siempre, y la verdad es que estamos aquí en este mundo para el deleite de Dios y que Él no está aquí para nuestro deleite. Es el glorioso plan de Dios el que saldrá finalmente victorioso y no el del hombre.

jueves, 30 de septiembre de 2010

El evangelio de la "prosperidad" ( 1ra. Parte )


Abrí mi Biblia y leí 1ra.Tesalonicenses 2:3-5 :”Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios que prueba nuestros corazones. Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo”.
Los siervos de Dios, llámense como se llamen o como usted quiera llamarlos, son mayordomos por designación divina a quienes se les “confía el evangelio”. Este es un gran privilegio; pero al mismo tiempo, una responsabilidad solemne. “Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel” (2 Corintios 4:2). Esta fidelidad implica por lo menos tres elementos que deben ser los correctos: el mensaje (nuestra exhortación no procedió de error), el motivo (ni de impureza) y el método(ni fue por engaño).El mensaje debe ser el correcto y este mensaje es el evangelio de Jesucristo, el evangelio de la gracia de Dios. Existe un sólo evangelio y éste se centra en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo Jesús. El evangelio (buenas nuevas) es “que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las escrituras” (1 Corintios 15:3-4). Los pecadores que se arrepienten y confían en Jesucristo son perdonados y Dios les concede el Don de la vida eterna.(véase 1 Juan 5:10-13).Dios es tan celoso respecto a su mensaje que El mismo declara “anatema” a cualquiera que predica “otro evangelio”(véase Gálatas 1:6-9). Los que cambian su mensaje añadiéndole , quitándole o pervirtiéndolo, son maestros falsos que le son infieles al Señor y están en peligro de recibir su castigo. Su mensaje proviene “del error”.El evangelio de la prosperidad de nuestros días está perfectamente acomodado a una sociedad como la nuestra que idolatra la salud, la riqueza y la felicidad. Las personas que predican este evangelio rebuscan por aquí y allí en el antiguo testamento, para extraer sus versículos comprobatorios; pero rechazan a sabiendas “todo el consejo de Dios”(Hechos 20:27). El “evangelio de la prosperidad” es un mensaje para la gente que busca una “solución rápida” para sus vidas; pero no un cambio permanente en su carácter. Pareciera ser que hay demasiados cristianos que desean disfrutar la sensación de sentirse bien; pero no están dispuestos a sufrir los inconvenientes de seguir el bien.¿Porqué se preocupa tanto Dios porque prediquemos el mensaje correcto?. Porque Dios exige integridad y el evangelio falso la destruye. En primer lugar, el mensaje del evangelio se relaciona vitalmente con la naturaleza misma de Dios. Jesús no se limita a salvar, Él es el salvador. Cuando cambiamos el mensaje de Dios, cambiamos al Dios del mensaje. El “dios” de los predicadores de la “prosperidad”, no es el Dios de la Biblia o el Dios de la Iglesia histórica.El evangelio “pop” de la “prosperidad trata de hacernos creer que la mayor preocupación de Dios es hacernos felices, no santificarnos y que se preocupa más por nuestro bienestar físico y material que por el moral y espiritual. El “dios de la prosperidad” es un mensajero celestial cuya única responsabilidad es responder a todos nuestros llamados y asegurarse de que estemos gozando de la vida.Cuando escucho a estos predicadores hay varias preguntas que vienen a mi mente. De acuerdo con su teología, ¿dónde está el Dios de Abraham, a quien se le pidió que sacrificara a su único hijo? ¿Dónde está el Dios de Isaac, que estuvo dispuesto a colocarse en el altar?¿Dónde está el Dios de Jacob, cuyos hijos le causaron dolor y vergüenza?¿Dónde está el Dios de Moisés, a quien le fue prohibido entrar a la tierra prometida por haberle robado la gloria a Dios?¿Dónde está el Dios de los apóstoles que fueron arrestados, azotados, martirizados y muertos porque seguían predicando a Jesús?¿Dónde está el Dios de nuestro Señor Jesucristo quien sufrió como nadie ha sufrido jamás: “Herido de Dios y abatido”(Isaías 53:4).No encuentro a ese Dios en sus predicaciones. ¿Por qué? Porque no se adapta bien a su mensaje. Predican un evangelio sin integridad, un mensaje incompleto, divorciado del mismísimo Dios que afirman representar. Un evangelio parcial no es evangelio, ya que no puede haber buenas nuevas cuando Dios mismo queda excluido de ellas.Nuestra tarea no es decirle a la gente lo que desea escuchar, nuestra tarea es darles lo que necesitan del evangelio tratando de lograr que lo deseen.El mensaje de la “prosperidad” aconseja al creyente de la actualidad a no pronunciar nunca palabras que signifiquen dolor, enfermedad, fracaso. Hace poco fui invitado a una cruzada y he aquí lo que un predicador les pidió a sus oyentes que repitieran en voz alta: “Todo lo que toco prosperará. No puedo fracasar. Nada de lo que toco fracasará. Todo lo que toco tendrá éxito. No sé lo que es el fracaso”.Otros ofrecen buena cosecha y abundante, si antes siembras en sus manos dinero. Otros te ofrecen un 4x4 si es que eres capaz de regalar tu viejo peugeut. Otros te ofrecen que pares de sufrir si compras esto u otra cosa. Otros te ofrecen que sanarás, que encontrarás trabajo, que volverás a unirte al ser amado, etc., etc.Al escuchar tales tonterías, uno comienza a preguntarse si realmente tenemos una traducción correcta de la palabra de Dios. Ciertamente no hay nada de eso en mi Biblia. Si resolvemos poner a Dios en servidumbre con respecto a todos nuestros caprichos, se convierte entonces en nada más que despensero bajo nuestras órdenes. ¿Y qué ocurre entonces si mi plan fracasa? Bien, evidentemente debe ser culpa de Dios. Si no me da exactamente lo que le pido, Él debe de haber fracasado en algún punto…(continuará)

viernes, 24 de septiembre de 2010

El siervo de Dios y las riquezas.


En el colegio salesiano donde no sólo estudié, sino que viví (Don Bosco), se me enseñó que el orgullo, el dinero y el sexo eran las armas principales del enemigo para arruinar un ministerio y que con frecuencia se presentan juntos.
Un líder religioso llega a ser famoso y rico, luego se llena de orgullo y más tarde se convierte en su propia ley y hace lo que le place. El ministerio requiere dinero; pero debemos ser cuidadosos de que el dinero no comience a apoderarse del ministerio. Los ministerios radiales y más aún los de televisión, son medios costosos, de modo que no nos debe sorprender si los siervos que buscan estos medios, se preocupen por el dinero, que alguien tiene que pagar.
¿por qué Jesús se refirió a las riquezas injustas (Lucas 16:9)? ¿Y por qué nos advirtió sobre “el engaño de las riquezas” (Mateo 13:22)? La riqueza es peligrosa e incluso el cristiano más fervoroso puede encontrarse atrapado en la adoración a Mammón y ni siquiera darse cuenta de lo que está haciendo.
En su palabra declaró: “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá a uno y amará al otro, o estimará a uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a mammón (las riquezas).
El “señor dinero” posee muchas de las características de una deidad. Confiere seguridad, puede inducir culpa, nos da libertad, nos otorga poder y parece ser omnipresente. Sin embargo, lo más siniestro de todo es que ambiciona la omnipotencia.
El “señor dinero” reclama la lealtad y el amor que le pertenecen sólo a Dios, y posee el poder de atraparnos si no somos cautelosos. El dinero es un siervo maravilloso, pero un amo terrible, y sólo una devoción disciplinada hacia Dios nos permite mantener a mammón en su sitio correspondiente. Jesús dijo: “Mirad y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”(Lucas 12:15). “Porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación”(Lucas 16:15).
Uno de los atributos necesarios para el ministerio es “No codicioso de ganancias deshonestas”(véase Tito 1:7). Por consiguiente, el pueblo de Dios tiene el derecho de saber si sus ministros manejan o no sus finanzas con sinceridad. Creo que esto se aplica a cualquier persona que por su propia voluntad vive del sostenimiento de otros y esto incluye a los ministros, ministerios radiales o de televisión, misioneros, evangelistas, profetas, apóstoles, pastores de iglesias locales, maestros, sacerdotes, y en fin, todo aquel que en su trabajo y mensaje, incluye el recoger el dinero de los demás a modo de ofrendas voluntarias, o como se está viendo últimamente, valores pre establecidos para poder verlos y escucharles. El siervo de Dios codicioso se convertirá ya sea en un charlatán o en un asalariado. Muchos charlatanes venden sus dones por dinero y utilizan su Biblia y su congregación del mismo modo en que un actor usa un libreto y una sala de espectadores. Concluyendo mi querido amigo, el dinero no es neutral, sino esencialmente malo y debemos estar alerta ante sus poderes seductores.: “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; NO POR GANANCIAS DESHONESTAS, sino con ánimo pronto”(1 Pedro 5:2).